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Arquitectos: ELEMENTAL
- Área: 40000 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Cristobal Palma
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Proveedores: Fahneu
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Cuando diseñamos el parque, buscábamos dos cosas: Por un parte, queríamos usar la propia dificultad del terreno, el hecho de estar en un terreno en pendiente, para resolver un dilema clásico de los juegos infantiles: ¿hacerlos seguros o hacerlos entretenidos? La ladera inclinada nos permitió acumular la altura necesaria para hacerlos entretenidos sin que ello significase una amenaza a la seguridad. Un resbalín de 6 metros de largo (entretenido) en un terreno plano, significaría un niño a unos 4 metros de altura (riesgoso); en este caso, la pendiente del terreno nos permitió que un niño se pueda subir a un resbalín muy largo y siempre estar a 30 centímetros del suelo.
Lo mismo con una casa en el árbol: en vez de subir verticalmente por el tronco del árbol hacia el follaje, la pendiente nos permitió que un niño caminara horizontalmente hacia la copa del árbol. Por otra parte, siempre supimos que el Parque de la Infancia, constituía una especie de primera piedra del Paseo Zócalo Metropolitano. El límite superior del Parque de la Infancia está definido por el lecho seco de un antiguo canal de regadío que recorre toda la base del Cerro San Cristóbal y cuya extensión total es de más de 10km.
La idea de construir un paseo peatonal, horizontal y continuo, de escala metropolitana, busca corregir dos de los principales problemas de Santiago: el déficit de espacios públicos de calidad y la enorme inequidad social y económica que se manifiesta es una odiosa segregación urbana. El Parque de la Infancia nos ofreció la oportunidad de formalizar un tramo de 400 metros de este Zócalo Metropolitano y con ello comenzar a capitalizar la geografía de la ciudad como espacio público de calidad que une a su vez comunas ricas y pobres. En ese sentido el Parque de la Infancia transforma una operación urbana en un acto redistributivo.